Vortex
es un molino de viento sin aspas, más parecido a un bate de béisbol que a
alguna idea de tipología similar en el campo de la energía eólica, cuenta de
cinco partes: mástil, barra, el sistema de generación, un sistema pasivo de
estabilidad y la fundación. Y logra generar energía gracias a la vorticidad, un
efecto aerodinámico que se produce cuando el viento choca contra una estructura
sólida.
La
ausencia de aspas en el proyecto escapa de lo meramente estético o formal, pues
al eliminar cualquier elemento móvil este sistema reduce -según sus creadores-
en un 80% los costos de mantención, un 53% en los costos de fabricación y un
51% en los de operación. Eso sí, produce sólo un 30% de lo que produce un generador
eólico convencional.
El
emprendimiento español espera lanzar en 2016 los primeros productos enfocados
al uso residencial: Vortex Atlantis será el primer piloto en la India y medirá
3 metros de alto, con tendrá una capacidad de 100 W y a un precio tentativo de
USD 250. Mientras Vortex Mini, con 13 metros de alto, podría abastecer a un
poblado indio o una vivienda española.
Se
espera que Vortex Gran -1 MW- se lance al mercado en 2018.